01 julio, 2010

Du...

Perdiste unos brazos que te abarcarían,
perdiste la curvatura de unos hombros
que explorabas incansable,
perdiste esa posiblidad de reencontrar
de conquistar y reconquistar
esa parte vieja y nueva,
esa parte que se encontró en lo viejo
que se reinventó entre vuelos, mares,
sones, compañías, olores, sabores y plazas.

Perdiste la fortaleza recreada,
a aquella sonrisa que alegró aquel lugar del Eure,
a ella que recobró por sí lo olvidado.
Quizás la conservaste ficticiamente,
o la recobraste en un centelleo,
mas fue libre y sus huellas quedan
ahí donde anhelaba.
Perdiste, perdiste, perdiste,
mientras ella y algunos más ganan.