¿Mis sentimientos a flor de piel?
Es algo difícil, aunque a veces no pareciera, pero lo es.
¿Qué fue esa semana para mí? Fue ser yo misma entre gente -salvo una persona- que por primera vez trataba. Fue desvelarme, disfrutar de las terrazas, de aquellas cosas furtivas significativas que sucedieron -esas que estremecen-, fue reconocerme en gustos, proyectos de vida y actitudes, con gente que está esparcida por el país.
También fue ver que no ando perdida en conocimientos y que puedo sobrevivir, sólo falta pulir el ser una preguntona, jaja.
¿Qué otras emociones? Efectivamente amor, efectivamente amistad... pero no todo fue dulce: hubo enojos, un pequeño desencanto, pero esto para nada desvirtuó todas las cosas que me pasaron y que viví.
Me sentí amiga, me sentí querida y apreciada, me sentí una líder en determinado momento, me sentí parte de.
A la vez, sentí la responsabilidad primero conmigo misma de mantenerme bien, después hacia los demás pues se suponía, yo conocía mejor la ciudad.
Volví a la semana siguiente y sentí ese vacío en el hostal, esa sensación de que parte de nosotros se quedó ahí, y que está impregnada ya en nuestro ser. Ese tiempo preciado ya no volverá, se vivió una vez y se disfrutó. En verdad, el ambiente lo hace uno. Y doy por bien vivido lo que viví con ellos.
Es algo difícil, aunque a veces no pareciera, pero lo es.
¿Qué fue esa semana para mí? Fue ser yo misma entre gente -salvo una persona- que por primera vez trataba. Fue desvelarme, disfrutar de las terrazas, de aquellas cosas furtivas significativas que sucedieron -esas que estremecen-, fue reconocerme en gustos, proyectos de vida y actitudes, con gente que está esparcida por el país.
También fue ver que no ando perdida en conocimientos y que puedo sobrevivir, sólo falta pulir el ser una preguntona, jaja.
¿Qué otras emociones? Efectivamente amor, efectivamente amistad... pero no todo fue dulce: hubo enojos, un pequeño desencanto, pero esto para nada desvirtuó todas las cosas que me pasaron y que viví.
Me sentí amiga, me sentí querida y apreciada, me sentí una líder en determinado momento, me sentí parte de.
A la vez, sentí la responsabilidad primero conmigo misma de mantenerme bien, después hacia los demás pues se suponía, yo conocía mejor la ciudad.
Volví a la semana siguiente y sentí ese vacío en el hostal, esa sensación de que parte de nosotros se quedó ahí, y que está impregnada ya en nuestro ser. Ese tiempo preciado ya no volverá, se vivió una vez y se disfrutó. En verdad, el ambiente lo hace uno. Y doy por bien vivido lo que viví con ellos.
Estoy a 24 días de partir y el tiempo pasa veloz. Estoy contenta pues ya siento que algo o alguien me espera ahí (por lo menos ya tengo un techo donde vivir estos 7 meses), estoy contenta porque este rêve está ya por cumplirse, y porque sé que nos tendremos por lo menos en messenger los unos a los otros para apoyarnos.
Aquí estará mi familia y me acompañará de una manera distinta en Francia, aquí estarán mis amigos que me dejan y me dieron algo para que estuvieran conmigo. Los extrañaré sin duda, mas yo sé que estas personas a las que adoro estarán conmigo.