Ésta es mi última entrada antes de partir a Francia. Quizás no pueda escribir nada más por algunos días en lo que me instalo en mi nuevo lugar, así que aprovecho esta ocasión para hacer un peque agradecimiento.
Así, gracias a todos mis seres queridos: familia y amigos. Todos ellos me han apoyado en esta nueva aventura que emprendo, y como en alguna ocasión me dijeron, disfruta esta experiencia por todos los que te han apoyado.
Mi familia, mi Pollo, muchas gracias por instalarme en la tierra y mencionarme y estar al pendiente de que los detalles -grandes y pequeños- no se me escaparan, y que esta cabecita no perdiera tanto el enfoque. La prima y su apoyo, aliento y dinamismo.
Mi Chachis adorada, la inspiración de los blogs, quien con sus experiencias, vivencias y aventuras me acompañó durante ya algunos años y también me metió esta cosquillita de irme a Francia. Esos malviajes letreros en los que sueños se discuten, así como la realidad.
La niña que le dice adiós a los camiones, jeje, ese ánimo de vivir y esas ensoñaciones y optimismo, qué haría sin esa dosis de apoyo que me ha acompañado ya casi por una década.
Esos ojos verdes y ese doc, personas que me muestran un lado humano y genial de ser hombre como pocos: esos partidos de fut que un tanto sacrifican por dar momentos en un café o en un campa; ese "Bar el Doc" en el que la terraza te da un hermoso panorama de la ciudad y reconforta a todos.
Mi doc y mi contadora, mujeres valientes que se enfrentan a la vida con arrojo y bravura, que ni un pueblo las detiene para lograr felicidad y que no las derrotan las adversidades.
Ese Rock-drigo y Cuca (jeje, aún recuerdo a Cuco), a quienes les pasan las aventuras más inusitadas desde un payaso (literalmente) asaltante, hasta un matrimonio a la arlequín, aderezado con un encuentro de amor en el metro seguido de un regaño por desperdiciar un lugar.
Los turistas F/N/M, jeje, que bien me trasquilan o me tiran el dinero de la mano (sí, algo apachezco), pero que son una compañía que alegra, que cuidan y que saben ser onda. Los libreros, siempre dispuestos a escuchar y a malviajarse divertidamente con uno...
La colega angelical y Pam con quien compartir anécdotas y que gracias a la casualidad es posible vernos. El tata, el emperador M, los grandes lejanos cercanos (regados en distintas partes)...todos, de todos me llevo estampas y charlas.